La ansiedad es una de las distorsiones de energía más fuertes y más comunes que existen en esta época. Desde el punto de vista energético, es la suma de muchos miedos guardados y no entendidos que acumula una persona a lo largo del tiempo.
La base de su energía es el miedo, combinado con tristeza, desánimo y preocupación. Lo que es menos fácil de la ansiedad, es que cualquier estímulo puede detonar alguna de esas emociones y comenzar un efecto en cadena, como una explosión nuclear que detona y produce estados energéticos muy inestables, energía poco controlable y estados de pánico en quien lo vive.
Una estrategia importante es ser muy observadora de los estímulos exteriores e interiores, y cuando tengas un pensamiento que pueda detonar la energía de ansiedad, repite en tu mente:
«Esto que estoy pensando no significa nada”.
Mientras lo repites, controla tu respiración y haz inhalaciones profundas, lentas y conscientes.
También es importante que cada día cuando observes algo que te atemoriza o preocupa, trata de analizarlo en un momento de más calma; paso a paso te darás cuenta que mucho de lo que temes, solo está en tu mente.
Una energía opuesta a la ansiedad es la CONFIANZA, por lo que podrías utilizar pensamientos como: “Confío en la vida” o “Confío en mí” o “Confío en lo que sucede”, dependiendo de lo que estés percibiendo.
Sé consciente que como la ansiedad es un cúmulo de pensamientos y emociones sin entender, algunas veces requerirás ayuda de algún profesional de la salud mental que te ayude con estrategias y a desenredar tu mente.
Confía que todo lo que sucede es perfecto, porque siempre nos muestra algo importante que nos falta entender o experimentar. Confía que vas a salir adelante de está situación y así será. Solo confía.