Es hermoso saber, percibir y conectar con Seres que acaban de dejar su cuerpo. Primero, porque recuerdas que la experiencia humana no es lo único que existe y, segundo, porque reconoces que somos espíritu y por ende somos eternos.
En ese entonces ya tenía más desarrollada mi habilidad para ver con la mente (con el tercer ojo); percibía cosas del mundo invisible y eso casi nunca lo decía, solo cuando era necesario o podía ayudar a una persona.
En esta experiencia había trascendido el papá de una amiga y llegamos muchos al velatorio para acompañarla.
Yo estaba muy observador y veía cómo mi amiga no paraba de llorar; estaba desconsolada y con cada persona que la abrazaba, lloraba más. De repente, se acercó a mí un Ser que yo intuí era el papá de mi amiga.
Tienes que saber que los Seres que acaban de dejar el cuerpo (al igual que muchos Seres de otras densidades) se pueden comunicar con los humanos de manera telepática. Es solo que la mayoría de las personas no detiene nunca el ruido de su mente y, por eso, no pueden distinguir un mensaje que nos manda otro Ser.
El Ser que se me acercó, me dijo: “Dile a mi hija que estoy bien”. Y también me dijo que le mencionara una canción. El Ser se veía tranquilo, estable y contento de saber que un humano le podía dar el mensaje a su hija. Esperé hasta el momento en que se acercó mi amiga; todavía seguía llorando y le di el mensaje. En ese instante paró de llorar y me dijo: “¡Sí es mi papá!” Me contó que la canción que le mencioné, de hecho, era su canción de padre e hija y que nadie podría saberlo. Eso le dio demasiada paz y tranquilidad.
Desde ese momento ya no volvió a llorar, incluso hasta tenía una sonrisa. Y claro, eso es porque sabes que tu familiar no desaparece, solo deja este cuerpo, pero sigue existiendo.
Al siguiente día fue el funeral. Ella estuvo ahí, sonriendo. Literalmente era otra persona. Me dio gusto verla así y también fue genial haber sido el canal por el cual le llegó el mensaje.
Recuerda que este es un viaje temporal y que cuando dejamos el cuerpo, seguimos avanzando en otro nivel.
He vivido otras experiencias similares; en todas ellas, el Ser que dejó el cuerpo está tranquilo, ligero y confiando. Solo una ocasión he visto al espíritu estar un poco atormentado, y eso fue por algo muy dramático y particular.
Transcripción de la tercera historia del Capítulo 3 del libro «Experiencias Cercanas a la Luz», de Abraham Cinta.
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