¿Has sentido alguna vez que sabías algo sin saber cómo lo sabías? ¿O has escuchado una voz interior tan clara que casi querías voltearte para ver quién te estaba hablando? ¿O has sentido una fuerza suave (pero necia) empujándote a tomar una decisión que no tenía lógica… pero era perfecta? ¡Bienvenido al mundo mágico, místico y maravillosamente loco de la Canalización!
¿Qué es canalizar?
Canalizar es básicamente ponerte en modo “antena parabólica” y permitir que una frecuencia de sabiduría superior te sople las respuestas. Sí, así de cósmico y así de práctico.
No se trata de ver fantasmas (aunque si los ves, diles hola de mi parte), sino de conectar con guías, maestros, tu Yo Superior, Seres de Luz, o incluso con tu conciencia más elevada. Todos ellos tienen mucho que decir… ¡y tú puedes escucharlo!
Pero… ¿no se necesita ser un elegido místico con túnica y cuarzos colgados por todos lados?
¡No! Lo único que necesitas es:
- Una mente abierta
- Un corazón disponible
- Y un poquito de práctica (y cero miedo a parecer medio rarito al principio)
Todos canalizamos sin saberlo. Por ejemplo, cuando escribes algo súper sabio y luego piensas “¿yo escribí eso?” Sí… ¡Canalizaste! O cuando das un consejo que tú mismo necesitabas escuchar… ¡También canalizaste!
¿Cómo se siente canalizar?
A veces como una descarga de información directa al alma. Otras veces como si te llegaran ideas que no son tuyas pero te hacen muchísimo sentido. También puede sentirse como una vibración en el cuerpo, como calorcito en el pecho, o una paz que no tiene explicación. (Advertencia: Puede incluir llorar sin razón mientras sonríes. ¡Todo bien!)
¿Y cómo se hace?
Aquí no hay una receta mágica, pero te dejo una muy abrahamística guía rápida:
- Respira y baja el ritmo. La sabiduría no grita, susurra.
- Pide conexión. Así como: “Querido Universo, ¿me ayudas con un mensajito?”
- Confía en lo primero que llegue. Aunque te suene raro. Aunque no tenga sentido. Dale chance.
- Escribe, dibuja o habla. El mensaje muchas veces se aclara cuando lo dejas salir.
- Agradece. Porque cada vez que canalizas, una parte tuya se expande.
¿Por qué canalizar?
Primero, porque vivimos rodeados de ruido… ¡y la canalización, precisamente, es ese espacio sagrado donde escuchas lo que realmente importa! Segundo, porque tienes acceso a una sabiduría más grande que tus pensamientos cotidianos… Y claro, ¡porque es fascinante!
BONUS: Señales de que estás canalizando (aunque no te hayas dado cuenta)
- Se te pone la piel chinita sin razón.
- Te llega una respuesta que resuelve TODO justo cuando ya te ibas a rendir.
- Alguien te dice: “¿Cómo supiste eso?” y tú también te lo preguntas.
- Sientes que alguien invisible te acompaña y te sopla el guion perfecto.
Canalizar no es algo raro, es algo natural; solo que nos lo olvidaron entre memes, prisas y listas del súper. Pero aquí estamos, recordándolo, abriendo el canal y confiando en que hay un montón de información increíble esperando que digas: “¡Ok, universo! Estoy lista para recibir”.
Gracias por leerme.