«El dinero no es físico. Cuando utilizas el dinero para compartir –para hacer que las cosas crezcan, para traer proyectos a este mundo, para ocuparte de tu familia– el dinero será una fuerza para el bien. Pero si aparece en tu vida cuando no te lo has ganado o no te lo mereces y lo utilizas para satisfacer tus deseos más egoístas, entonces el dinero puede destruirte.
Y si piensas que el dinero es algo que debe ser evitado, el dinero mismo te evitará al final del día.
El universo funciona como un circuito eléctrico: siempre que la corriente fluya, la electricidad es buena. Pero si sobrecargas el circuito, puedes fácilmente quemarlo.
El dinero obedece a la misma ley: si tu actitud hacia el dinero es saludable, éste fluirá y te traerá prosperidad; y si te dedicas a ayudar a otros a obtener esa misma prosperidad, entonces obtendrás aún más. Pero si obstruyes el flujo continuamente, la sobrecarga puede ser desastrosa».