Las siete Leyes Universales del Kybalión

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¿Conoces las Leyes Universales? Son siete principios cósmicos fundamentales relacionados entre sí para alcanzar un estado mayor de evolución. Todos las podemos aprender y usar para elevarnos a un nivel mental superior; de hecho han sido transmitidas y adoptadas por muchas culturas desde la época egipcia.

Las siete leyes escritas por Hermes Trismegisto –el sabio egipcio tres veces grande– y transcritas 4 mil años después en un documento llamado Kybalión en el siglo XIX por un grupo anónimo llamado «Los Tres Iniciados», abarcan enseñanzas mentales, físicas y astrales, cuando las comprendemos y aplicamos, adquirimos total dominio de nuestra vida, volviéndonos Seres plenos y felices.

Primera Ley Universal: LEY DEL MENTALISMO.

La estructura de nuestro mundo está basada en ésta: «El Todo es mente; el universo es mental», dice la primera de las siete LEYES UNIVERSALES.

En pocas palabras, uno puede crear lo que cree. Todo, absolutamente todo es consecuencia de lo que pensamos. La mente lo atrae todo. Cuando creemos en cosas positivas, atraemos cosas positivas. Con la mente podemos crear cualquier cosa; nuestra mente es creadora. En este principio cósmico es importante trabajar con la concentración, el deseo, la voluntad y la sabiduría.

Segunda Ley Universal: LEY DE CORRESPONDENCIA.

«Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba». El TODO es espíritu y aplica en cualquier plano de conciencia; arriba, abajo, adentro, afuera, aquí, allá… Las mismas leyes que rigen el universo, rigen también el universo interior de cada uno.

Todo se manifiesta en los planos físicos, mentales y espirituales. Cuando iniciamos el proceso del autoconocimiento, comprenderemos cómo se mueve todo y cómo modificarlo. Si queremos que el mundo cambie, debemos empezar por cambiar nosotros mismos. Somos un espejo. Cuando cambiamos nuestro interior, se ve reflejado también en el exterior. Trabajemos con nuestro despertar de conciencia.

Tercera Ley Universal: LEY DE VIBRACIÓN.

«Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra», así dice la tercera. Y es que todo, desde la partícula subatómica más pequeña hasta lo más grande que te puedas imaginar, tiene movimiento; todo se mueve hacia un cambio, se transforma. Un pensamiento positivo vibra en frecuencias muy altas. Un decreto también se concreta.

Cada pensamiento y cada palabra tiene poder creador: una carga vibratoria para materializar cualquier cosa. De hecho con la palabra se puede construir o destruir.

Comprender este principio es comprender las vibraciones que nosotros emitimos, tanto a nivel físico como emocional, mental o espiritual. Trabajemos la respiración, el autocontrol, la inteligencia, la prudencia y la pureza.

Cuarta Ley Universal: LEY DE POLARIDAD.

«Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse».

Hablamos de dualidad, de cómo cambia el grado de vibración entre uno y otro extremo de la misma cosa. Si lanzamos una moneda, al caer veremos uno de sus dos lados; al final es el mismo objeto visto de diferente ángulo. Los opuestos son los extremos de lo mismo; el frío y el calor son opuestos de la temperatura, por ejemplo. Negro y blanco. Luz y oscuridad. Tristeza y felicidad… Tanto los extremos como los estados intermedios, son sólo diferentes grados vibratorios de lo mismo.

Y podemos transformar un extremo en el otro al trabajar la perseverancia, la paciencia, la tolerancia y la convicción. Cuando lo dominamos, nos volvemos libres.

Quinta Ley Universal: LEY DEL RITMO.

Esta quinta ley escrita en el Kybalión, dice que «Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación».

Todo va de un punto a otro, simétricamente. Todo va y viene. Avance, retroceso; ascenso, descenso… Todo se manifiesta como el movimiento de un péndulo, de un polo a otro –aunque no precisamente llegando a cada extremo–. Todo tiene su propio ritmo, nada está en reposo.

Cuando aprendemos a usar esta ley en vez de ser usados por ella, podemos acentuar o neutralizar algunos efectos de forma consciente, alcanzando el equilibrio; claro, hasta un grado que dependerá del dominio y conocimiento que tengamos sobre la ley, trabajando voluntad, fe, paciencia, constancia y esperanza.

Sexta Ley Universal: LEY DE CAUSA Y EFECTO.

«Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte o azar no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley».

Es por esta ley que todas las cosas son, han sido y serán. Nada ocurre porque sí. Todo es producto de una razón, de un motivo. Acción, reacción. En el universo, todo movimiento tiene un efecto; todo lo que sucede y sus consecuencias, son causales y no casuales. Nada es por azar. En nuestra vida todo es consecuencia de la necesidad de aprender; consecuencia de decisiones, pensamientos y actos, incluso de nuestras vidas pasadas.

Esta ley es la base de la reencarnación como proceso de aprendizaje y crecimiento. Trabajemos el amor, la bondad, las actitudes, pensamientos y obras.

Séptima Ley Universal: LEY DE GÉNERO.

La última LEY UNIVERSAL de Hermes Trismegisto, la séptima, dice: «El género existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; el género se manifiesta en todos los planos».

La palabra «género» significa crear, concebir, producir. Esta ley lo crea todo y en todos los planos: físico, mental, espiritual… En el plano físico se manifiesta como «sexo», y en los planos superiores toma formas más elevadas, pero el principio siempre es el mismo. Todo lo que existe tiene bases masculina y femenina; positivo y negativo. Los opuestos son necesarios para el crecimiento de ambos. Todo en el universo busca complementarse; luz y oscuridad, bueno y malo. Es importante trabajar comprensión, tolerancia, respeto y amor.

Gracias por leerme. Mucha luz.

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