Un día el astrónomo y cosmólogo Carl Sagan, le enseñó a su hija Sasha la belleza de estar vivo y por qué cada uno debemos estar agradecidos por ello:
«Tú estás viva en este segundo. Eso es algo increíble. Si tenemos en cuenta el número casi infinito de posibilidades y caminos que conducen a nacer a una sola persona, debes estar agradecida de ser tú misma este preciso instante.
Piensa en el enorme número de posibles universos alternativos en los que, por ejemplo, tus tatara-tatara-abuelos nunca se encontraron y tú nunca llegaste a existir.
Tienes el placer de vivir en un planeta en el que has evolucionado para respirar el aire, beber el agua y disfrutar el calor de la estrella más cercana. Estás conectada con todas las generaciones y los seres vivos de este mundo a través del ADN. También con el universo, porque cada célula de tu cuerpo fue creada en los corazones de las estrellas».