Una pregunta que seguramente todos nos hemos hecho. Te platico. La Tierra tiene cosas impresionantes que enseñarnos, mostrarnos miles de experiencias. Y como espíritus tenemos dos propósitos importantes al encarnar en este lugar.
1. Cumplir una misión.
Cada persona, cada Ser que encarna aquí en la Tierra, tiene un propósito que lo siente en su corazón, sabe que algo tiene que hacer, algo le apasiona, algo desea. Y eso tiene que ver con el cumplimiento de tu misión: Hacer lo que en verdad tu corazón te guía.
2. Trabajar el «defecto de carácter».
No es que tengamos que aprender de nuestros defectos de carácter; de hecho los tenemos instalados en nuestra personalidad para trabajar la virtud. Por ejemplo, si alguna persona quiere aprender paciencia, tolerancia y respeto, elige una personalidad –llamada «ego»– que tienda a ser intolerante, impaciente y que incluso cae en la ira muy fácilmente. ¿Para qué? Para practicar cada día de su vida la tolerancia y la paciencia. De hecho lo más probable es que escoja una familia, entorno o circunstancias en su vida que le ayuden a trabajar su virtud; quizá una familia agresiva e intolerante, entonces la escogió muy bien porque cada día de su vida va a tener que aprender de ello.
Reitero: no venimos a aprender, porque como espíritu ya sabemos, pero queremos experimentar qué se siente el perdón, la templanza, la compasión, el amor incondicional…
Es importante tener claros esos dos puntos en nuestra vida, si no cuando trascendamos vamos a decir «Tenía que ser más tolerante, tenía que perdonar, tenía que ser moderado, tenía que mantener el equilibrio».
Nuestro espíritu y todos los demás espíritus que nos rodean, estamos trabajando conjuntamente para un plan, una expansión, una mejora en la evolución y para aumentar nuestra conciencia grupal.
Te invito a reflexionar qué es lo que más deseas, eso que haces con todo el corazón, y eso, precisamente, tiene que ver con tu misión y cambio interior. Estamos en un planeta que nos da una experiencia dual, una experiencia de ilusión, donde aparentemente hay bien y mal; entonces, trascendiendo esa ilusión, recordando que somos espíritus encarnados por un momento, con cualidades espirituales y un propósito divino, seremos más amorosos, compasivos, responsables y respetuosos, proyectando energía positiva y luz divina.
Gracias por ser parte de nuestra misión; gracias por leerme. Recibe un abrazo y bendiciones.