La vida se disfruta.

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A lo largo del tiempo, muchas personas que llegan a nuestros cursos y diplomados se sienten bien, en confianza y en familia, porque parte de lo que han vivido –como percepción de energía, Seres, etcétera–, al contarle a otras personas, muchos los tacharon de locos, diciéndoles que «Eso no existe» o «Estás mal».

Incluso han llegado personas que fueron diagnosticadas por psiquiatras como si tuvieran un padecimiento. ¿Y qué crees? Ellos tienen dones y habilidades que ninguna otra persona los puede entender si no saben del mundo de la energía y la conciencia.

Entonces al llegar al Diplomado en Técnicas de Sanación, tu espacio de contención, te darás cuenta que no «estabas loc@» como otros decían. Y eso le pasa a muchos, decir «Aquí puedo platicar, puedo entender y me pueden entender». Es llegar a un espacio donde te das cuenta que sí hay algo más. Y tú lo sabías. Te dirás a ti mism@:

«Hay otras personas que piensan, sienten y creen lo mismo que yo y que tienen la misma vibración y la misma intención de generar cambio positivo en su realidad, en su vida, de irradiar Luz a este mundo que tanto le hace falta, y sobre todo dejar el drama de nuestra propia vida, de nuestra propia mente».

Es mejor disfrutar la vida en lugar de sufrirla.

Siempre nos vamos a sincronizar con personas que nos aportan algo positivo en este momento de nuestra existencia. Y cuando conectamos con el mundo mágico de la sanación, podremos corregir nuestra propia energía y ayudar a otros a que corrijan la suya.

En verdad, muchos médicos, psicólogos y terapeutas toman este Diplomado porque se dan cuenta que la medicina y la psicología se atoró un poquito, que falta algo. No quiero decir que esta sea la única forma, al contrario, hay que ir al médico a hacernos un chequeo y que nos diga en qué parte o qué órgano está afectado, sino que es integrar esos conocimientos con el mundo energético y espiritual.

De hecho cuando les preguntamos a los médicos «Bueno, ¿por qué estás aquí?», contestan «Yo no creo en esto, pienso que es una tima, un fraude, pero quiero experimentarlo por mí mismo». Únicamente les digo «Perfecto. Bienvenido. Muchísimas gracias».

¿Y qué sucede? Después de un par de clases, se asombran porque como parte de la experiencia, pasamos a alumnos al frente y les preguntamos qué sienten. Cuando los alumnos expresan lo que perciben, los médicos dramatizan en que no es posible que vean lo que están viendo –»Remolinos de luz, cosquilleo, colores, luces doradas»–. Y cuando invitamos a los médicos a pasar y expresar lo que sienten, se quedan atónitos, se sorprenden, sienten la energía… Y ven colores, su cuerpo se relaja de una manera inmediata, su respiración empieza a cambiar. Se dan cuenta que esto es completamente real.

Me da mucha curiosidad hablar de un mundo según muy avanzado en tecnología, medicina y ciencia y que cada día haya más desequilibrio, más enfermedad, más pobreza. Yo creo que no va por ahí. No podemos seguir como sociedad creyendo que la conciencia y la energía están fuera; en el tener, el consumismo, en sólo lograr proyectos, sino que es importante ver en nuestro interior para encontrar nuestro centro, estar en armonía y lograr cualquier cosa con una energía de compartir con la vida, de aportar lo mejor.

Es importante darnos cuenta que el crecimiento siempre está adentro. Desde la primera entrevista, conocemos el potencial de cada uno. Y durante el Diplomado vemos el cambio interior de cada alumno: Encontrar paz interior, soltar el pasado, aprender de él y bendecir cada situación de nuestra vida, entendiéndola y agradeciendo. Cada uno es parte de nuestra misión. Y tú también eres parte.

Desde adolescente me dedico a esto; desde entonces amo la energía, la conciencia, la metafísica y la espiritualidad. Y cuando conecté con el mundo de la sanación energética, dije «de aquí soy». Me encanta compartir con personas a quienes les gustan estos temas de la conciencia y la energía. Y al vernos cada semana haciendo técnicas o meditando, la energía se vuelve mucho más poderosa.

Desde mi forma de ver, la espiritualidad es simple: Ya somos seres espirituales, ya somos espíritu. Y la espiritualidad tiene que ver con el gozo de la vida, disfrutar y reír con cada detalle.

Cuando alguien quiere algo o está buscando algo, todo el universo conspira para que se realice. Y si no se da, tengo que ver si yo mismo estoy boicoteando, en algún nivel, mi avance espiritual, mis ganas de crecer.

Al ego le gusta complicar la espiritualidad. Y no hay que dominar al ego. El ego no se domina. Hay que entender por que escogí cierta personalidad. Y en lugar de identificarme con mi ego, me tengo que identificar con mi Ser. Sólo entender el juego de por qué escogí una personalidad para poder estar encarnado aquí y ahora.

Me puedo comprometer a que tu vida se va a transformar de una manera rápida, profunda y asombrosa cuando curses el Diplomado en Técnicas de Sanación. Es más, tu vida se llenará de magia y de cosas que no creías que existían. El ego es tan cuadrado que dice «Yo ya sé todo lo que existe porque ya he leído». El Ser te va a llevar a vivir cosas mágicas y asombrosas. Vamos a volar, vamos a cambiar nuestra energía.

«Quien no quiere, busca excusas. Quien quiere, busca caminos». –Anónimo.

Recuerda que sí hay algo más allá. No somos materia. La felicidad no la vas a encontrar afuera, sino buscando en tu interior. Si alguna vez sincronizamos y vibramos similar, el universo nos atraerá para seguir creciendo juntos, gozando de esta experiencia de la Tierra y aportando con nuestra vida a todas las personas que están enfrascadas en su mente.

Irradiemos siempre mucha luz. Gracias por leerme.

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